miércoles, 20 de agosto de 2014

PESOS Y CONTRAPESOS EN LA CIUDAD DE MÉXICO:

En este diálogo abierto de opinión no solo para escribir sino para enriquecer con los comentarios del lector, imaginemos a la Ciudad de México en el inicio de la segunda década del siglo XX, donde los efectos post-revolucionarios demandaban a los actores políticos mayor imaginación para establecer no solo el orden, sino también para dar cauce a la nueva nación.
En este escenario, el Distrito Federal sede de los poderes, observamos el auge político, económico y social gestándose en esta gran ciudad. Su vida democrática nos lleva a 1997 para dar muestra de la evolución acelerada de una sociedad exigente de más y mejores resultados, situación prevaleciente el día de hoy y expectante de conclusiones positivas ofrecidas en nuevas transformaciones promovidas por la reforma política para esta nuestra ciudad.
Sin embargo, como ese freno del vehículo activado de emergencia por el conductor para no chocar con el transporte público, el cual hizo su parada sin avisar y en zona restringida para lo mismo, con esa misma intensidad me detengo el día de hoy para preguntarme: ¿Por qué no existen pesos y contrapesos en la vida política y democrática en mi ciudad?. Pareciera que los partidos de oposición dejaron de pensar, de imaginar y de ofertar soluciones atractivas para el electorado.
Y nuevamente el cuestionamiento de la mente me dice: ¿Si los resultados por parte del gobierno local son insuficientes, para que la ciudadanía les concede otra oportunidad a ese grupo de oligarquía a veces cercano a la dictadura?. Basta establecer comunicación ocasional con los grupos sociales para darse cuenta del olvido, abandono registrado y acumulado en la ciudad por casi 17 años, basta esa plática vecinal y solidaria para encontrar a flor de piel la frustración y el enojo por el atropello de la dignidad del capitalino.
Pero es importante destacar como la vida democrática del país ha cambiado,  gobiernos van y vienen, propuestas son expuestas y algunas de ellas rayan en lo irreal, tal vez esa sea una de las razones por las cuales no hayan sido beneficiadas con el voto mayoritario, aún y cuando en al menos dos ocasiones han sido presentadas para lograr el más alto cargo público de México. La presidencia de la República.
Pero no me quedaré en esa idea derrotista, hoy vivimos el resultado responsable de la transformación de un ente político aleccionado a renovarse, comprometerse y por ende a transformarse.
Y ésta nueva forma de hacer política permite colocarse a la altura de las aspiraciones legítimas de la ciudadanía para alcanzar una vida plena que avive el bienestar, se fundamenta en reconocerse como promotores de la apertura y consolidación democrática, de escuchar a la sociedad plural en la muestra de su participación constante en la vida pública. En síntesis ganar la confianza perdida.
Estas ideas son el resultado visionario del ciudadano Presidente de la República, Lic. Enrique Peña Nieto, quien con su liderazgo hace realidad el compromiso acompañado de resultados concretos para lograr entre todos, unir y mover a nuestra nación. No es trabajo de un solo hombre es la suma de todos los mexicanos que amamos a ésta patria.
Un partido político comprometido con las causas y propuestas ciudadanas,  reconoce a través de su dirigente nacional el Dr. Cesar Camacho Quiroz, la necesidad de romper las ataduras inmovilizadoras de la participación más activa de diversos sectores sociales, no solo para elevar la competencia, también para ampliar las oportunidades del ciudadano en la vida democrática.
Para la Ciudad de México, los retos son claros, se trata de romper y desaparecer de inicio como fue expresado por el Maestro Aurelio Nuño Mayer las relaciones de privilegio y clientelares, agrego respetuosamente para complementar en el ánimo de enriquecer la idea reflexiva, devolverle al capitalino el orgullo de haber nacido o migrado a ésta gran ciudad.
La ruta es clara cuando las propuestas nacen de la vocación de gobernar, donde se da cuenta de la cercanía a la ciudadanía como resultado de ser uno de ellos, en el haber experimentado y vivido constantemente la capacidad del entendimiento sobre las problemáticas  y soluciones reales, en el momento de acumular la experiencia en el ejercicio ético para encontrar los equilibrios a fin de favorecer la armonía y el compromiso que solo se cumple con resultados. Simples ideas a observar para aspirantes no solo a gobernar sino también para los decididos a mover a la Ciudad de México para posicionarla como la gran capital de todos los mexicanos.

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